Después de dar una vuelta en bicicleta por los lugares más representativos de Quebec, esta tarde camino por los alrededores de mi hotel. Camino durante dos horas y esto parece un barrio del viso en Madrid, pero mucho más espectacular, con más grandeza y  con casas y fachadas con un clasicismo precioso de contemplar al ir paseando. Y mucho silencio y poco movimiento para tratarse de una ciutdad a las 2;30. En cualquier lugar de España las calles tan silenciosas plantearia quejas vecinales por falta de ruido. Pocos coches y muchas bicicletas de alquiler. Entiendo que aquí se pagan los alquileres y no se rompen y roban, por intuir alguna explicación 😂

¿Alguna vez te han dicho que algo es imposible, muy peligroso o demasiado difícil para ti y, por supuesto, te has empeñado y lo has hecho? Yo, he perdido la cuenta de las veces que lo he oído. Cuando planificamos aventuras fuera de lo común, es normal que amigos y familiares se preocupen un poco y se pregunten si seremos capaces de llevarlas a cabo. Puede que sea precisamente eso lo que nos motiva aún más a seguir adelante con el plan y demostrarnos que tenemos razones para confiar en nuestras capacidades.

A mis 59 años, cumplo mi gran sueño de cruzar Canadá en bicicleta o por lo menos por tramos, los más sigificativos. Mientras algunos leen estas historias, sentirán una inmensa alegría, la misma que siento yo al darme cuenta de que la confianza en mí mismo aumenta con cada kilómetro. 

En los cinco días que llevo por esta zona del este de Canadá el tiempo está siendo totalmente veraniego. Si bien ha habido algún episodio de viento, más simbólico que otra cosa. Hoy se están dando en Montreal ya de vuelta de Quebec 38º un calor tremendo. Me volví en coche desde Quebec, es lo que tiene tratar de ver lo más representativo de un país tan grande en un mes.