Otro año más, otro ironman. Esta vez repito Madrid, uno de los más duros, pero ese circuito de bici por la Sierra de Madrid es, a pesar de la dureza (2600 m de desnivel), inigualable y que deciros de terminar en el punto mas memorable de tu ciudad, en la Puerta del Sol, con todos tus amigos y familiares. Un auténtico lujo.

Este año con un aliciente extra, participo con otros dos compañeros de triatlón del increíble Club Ciclista Majadahonda:

Miguel una auténtica máquina que por desgracia no ha podido entrenar lo necesario. Demasiado joven para dejarse horas y horas en las carreteras y en la piscina. Niños pequeños en casa y encima traslado de casa con obras incluidas en la misma. Sólo acabar el ironman sería todo un éxito.

Rodrigo un auténtico crack, yo creo que es de otro planeta. Debido a una antigua lesión en su isquiotibial apenas puede entrenar. Acabar cualquier ironman con el poco entrenamiento que acumula cada año este hombre para mí es inaudito, pero encima la animalada del Challenge de Madrid es pues eso de otro planeta.

Y yo, Vicente, que soy todo lo contrario a Rodrigo, disciplinado y con muchísimas horas de entrenamiento, todas las que puedo, pero a los 52 años más vale prevenir que curar. Este año han sido 272 km de natación, 7.573 km de ciclismo y 1.225 km de running.

Acostumbrado a ir solo, empezar con estos dos amigos es un autentico lujo.

Nos vemos el sábado en Buitrago en la charla técnica  para coger los dorsales y nos vamos a casa preocupados por el tremendo calor que hace, impropio de esta época del año.

Suena el despertador, domingo 23 de septiembre, 4:00 horas, poco hemos podido dormir, nervios, respeto mucho al reto aunque no sea el primero, desayunamos lo que podemos a esas horas, preparamos el resto del equipo y a las 5:20 salgo a la calle a esperar al increíble Javier Macías, compañero del club de triatlón y voluntario para llevarnos en coche hasta Buitrago. Javi no hay palabras en el diccionario para expresarte nuestro agradecimiento por el detalle. Creo que ni nuestra propia familia estaría muy dispuesta para semejante ayuda.

Llegamos al pantano de Riosequillo donde se va a a dar la salida. Serán 3800 m nadando, al salir del agua cogeremos la bici para recorrer 180 km subiendo los puertos de Canencia, Morcuera y Cotos y llegar a la Casa de Campo donde dejaremos la bici y saldremos a correr una maratón por la zona centro de Madrid, 42,2 km.

Llega la hora de salida, nos abrazamos los tres y al agua. Puede que no nos veamos más hasta el final. No importa, siempre nos tendremos presentes a lo largo del recorrido. Siempre estaremos animándonos los tres en silencio. No nos escucharemos pero nos sentiremos.

Rodrigo es el primero en salir del agua y pocos minutos después salimos Miguel y yo. Nos vemos en la T1 preparándonos para el sector de bici y nos damos ánimos. Para mi un lujo haber salido del agua a la vez que Miguel. Llego a la T1 a coger la bici y veo que todavía hay muchas bicis colgadas, joder que subidón, hemos hecho una muy buena natación.

Subo a la bici y al ataque. Ya estoy en mi terreno.  Pasan los kms y las sensaciones no son muy buenas, ligeras molestias de estómago, las piernas no tienen la fuerza de los entrenamientos realizados las semanas anteriores y no soy capaz de aguantar los watios previstos, pero veo que sigo adelantando a gente y apenas recibo algún adelantamiento así que sigo adelante, esto es muy largo y en seguida lo malo se convierte en bueno y viceversa.  Subo Canencia y Morcuera y compruebo que en la cima llevo unos 7 min mas de lo previsto. Llega Cotos y a falta de 6 ó 7 km veo por delante a Rodrigo pero en los un par de km después empiezo con amagos de calambres en las piernas. Demasiado pronto. Hace mucho calor y aunque creo que me he hidratado bien está claro que no ha sido así. Bajo algo mas el ritmo y seguimos con Rodrigo por delante pero viendo siempre ese inconfundible y querido maillot de Majadahonda. Poco antes de coronar Cotos me pasa Miguel al que veo muy fresco y me llevo gran alegría pues ha sabido poner freno y subir con tranquilidad que el ironman es muy largo. En el parking de Navacerrada hay avituallamiento especial para rellenar bebida y comida y nos encontramos los tres titanes, Rodrigo, Miguel y yo. Allí nos estaban esperando otros 3 fenómenos del club, Diego, Jose y Gonzalo. Vaya manera de animar. Bravo por los tres. Intento comer pero no puedo ni acabar la barrita así que repongo bebida e intento comer poco a poco bajando Navacerrada.

Sale Miguel, a continuación Rodrigo y en seguida yo. Ahora toca recuperar piernas en la bajada hasta Galapagar. Comer y beber.

Llegando a Alpedrete cojo a Rodrigo y vamos prácticamente juntos un buen tramo, pasamos Galapagar, de allí a El Escorial. A Miguel no lo henos vuelto a ver, sigue por delante. Mis sensaciones siguen siendo regulares pero el malestar de estómago ha pasado e intento poco a poco aumentar el ritmo. Rodrigo con una bici que le han prestado y que prácticamente la estrenaba hoy. Por detrás veo que va perdiendo los bidones de agua pues se la ha soltado el portabidón trasero de la cabra, pero le importa un bledo, él a lo suyo. Si ya os digo que es de otro planeta.

Casi coronando Satélites, ya cerca de Majadahonda,  veo a Miguel, aprieto un poco para cogerle y decidimos parar en el ultimo avituallamiento en Majadahonda para recargar líquido y refrescarnos.  Nos encontramos con la familia de Miguel. Que maravilla, que manera de animarnos. Un lujo.

Nos quedan 10 ó15 km para terminar el sector de bici. Me vengo un poquito arriba y aprieto un poquito pues parece que los amagos de calambres han desaparecido. Entro en la Casa de Campo y en el aparcamiento del Lago está situada la T2 zona donde dejamos la bici, cambiamos zapatillas y salimos a correr. Pocos minutos después llega Miguel y en seguida Rodrigo. Es alucinante, mas de 300 participantes y vamos los tres prácticamente juntos. Para mí un sueño ir, a estas alturas, con estos dos monstruos, me entran ganas de llorar y juro que cruzaré la meta en la Puerta del Sol como sea ( ya sé que lo voy a pasar muy mal, los calambres volverán pronto).

Salgo a correr y el calor es inhumano, cuesta hasta respirar bien. Corremos por la Casa de Campo unos 10 km para luego subir por la durísima Cuesta de la Vega hasta llegar a la puerta del sol por la calle Mayor.  A partir de allí nos espera un circuito de unos 8 km al que hay que dar 4 vueltas y que va desde la puerta del sol hasta el parque del oeste y vuelta. El calor es sofocante y subiendo la Cuesta de la Vega vuelven los amagos de calambres pero no es hasta  el km 16 donde me pega el primero en el isquiotibial izquierdo. Demasiado pronto, todavía me quedan 26 km. Esto va a ser una bonita tortura.

Decido andar un rato beber y recuperar piernas. En breve me alcanza Miguel y me pongo a correr con él. Los dos cabizbajos, preocupados pero con las ganas de seguir intactas.  Rodrigo viene muy cerquita por detrás.  Nos encontramos con Emilio, Diego y Joaquín, compañeros del club, que empiezan a animarnos en el mejor momento posible.  De esta forma las penas siempre se llevan mejor, siempre sacas algo escondido que creías que ya no tenías. Pongo el modo supervivencia y adelante. Miguel pasa por momentos duros con calambres y nos volvemos a separar pues a mí los ánimos recibidos me dan alas. Van pasando los km y el calor empieza a disminuir.  El cuerpo lo nota y consigo llevar un ritmito que me permita avanzar pero cuidando la musculatura hasta la meta. Veo a mi familia y amigos y la sonrisa vuelve. Vamos, ultima vuelta, ultimo esfuerzo y ya está. Cada vez que me cruzo con Miguel y Rodrigo les grito, les animo, VAMOS!!!!!! YA ESTA HECHO!!!!!

La ultima vuelta es la leche, todo el mundo animándote, conocidos, desconocidos, voluntarios, hasta la policía y claro tienes que ir dando gracias a todos ellos por la ayuda incluso a un subnormal que a falta de 2 km me grita "a correr a la casa de campo". No veas la bronca que se llevó del resto del público y es que, por desgracia, tontos los hay en todas partes.

Llego por última vez a la calle Mayor, ultima subida desde el Palacio Real hasta la Puerta del Sol. La calle esta repleta de gente preguntando si era la última vuelta y animando y gritando como si fueran ellos mismos los que iban a cruzar la meta. Me esta esperando una amiga con su marido y su perro y me acompañan corriendo hasta la linea de meta. Faltan 200 m y como siempre allí esta Emilio, nuestro capitán, esperando. Nos fundimos en un abrazo, un recuerdo intimo para Paz, nuestra presidenta, ella sabe que este se lo dedicaba a ella (yo también pasé por un cáncer hace 8 años), a su pronta recuperación.  Sólo faltan 50 m para la meta y veo a mi familia. Como siempre al cruzar la meta, cojo mi bandera de España, con la que he cruzado metas en Portugal, Austria, Suiza, España y por fin se acaba este durísimo ironman. En seguida llegan Miguel y a continuación Rodrigo. Pleno de Majadahonda.  Mas de un 30% de retirados. Día duro duro duro. Sólo me queda un mal sabor de boca y es no habernos fundido en un abrazo los tres en meta, pero mientras entraban Miguel y Rodri yo me estaba peleando con la organización para que dejaran entrar a mi mujer en la zona de descanso. Al conseguirlo fui a buscarles y vi a Rodrigo con una rubia despampanante dándose un masaje, espero que en las piernas (no quise seguir mirando), y a Miguel ya no lo ví. Con niños pequeños supuse que se abría ido a casa en seguida.

Mi más cordial Enhorabuena a los dos. Sois dos auténticos IRONMAN.

Y para terminar quería dar las gracias en nombre de los tres a esta familia de Triatlón que es el Club Ciclista Majadahonda. Es increíble el apoyo incondicional y el entusiasmo en cada competición, sea cual sea el reto. Muchas gracias a todos, os puedo asegurar que una buena parte de este ironman es de todos vosotros.  Ojala pueda en un futuro ir a animaros a todos vosotros a un ironman. Prepararos que os vais a cagar.

Vicente.