Comienzo la crónica de hoy con el encuentro a 30 kilómetros del final con el señor de la fotografía Helmut, de 76 años. Y es que cuando el ciclismo se lleva por dentro, que importa la edad. Y que "cumplir años es obligatorio, pero hacerse viejo es opcional". Y si no que se lo digan a este señor. Si a esa edad andamos la mitad que este hombre hemos triunfado, bueno Si a esa edad andamos ya nos podemos dar con un canto en los dientes, o no?. Por cierto, no hablaba ni palabra de inglés, pero encima.de.una bicicleta, no me pregunten porqué, pero hay un lenguaje innato que está por encima de fronteras y hace entenderse.

Amanece un día soleado con temperaturas casi veraniegas de 16° a las 8 am. Inicio la ruta de 150km en medio de tanta exhuverancia fluvial.  Esta naturaleza provoca estupor y por momentos te quedas estupefacto.

La RAE define el romanticismo como exaltación de  la libertad creativa, la fantasía y los sentimientos. Pues este entorno y viaje este pleno de romanticismo. Se encoje el alma, de verdad
 En este bello y en perfecto estado carril bici hay numerosos lugares donde parar y relajar el alma contemplando la naturaleza. Momentos para reflexionar de dónde venimos y a donde vamos. Este río me inspira que vengo de donde he dormido y voy hasta donde termina mi ruta de hoy. Es fácil, no?. No es tan profundo.

Y en homenaje a aquellos compañeros que tanto valoran la cerveza como hidratante y gran socializadora, pongo la foto de una cañita austriaca. Yo no pedí una garra. Ni me atreví a preguntar de cuántos litros es la garra o el barril🤣